Un día me apareció un tumor en la cabeza / Romina Cazón




Un día me apareció un tumor.
Le dije como si fuera mexicana:
cabrón ni creas que te puedes quedar
en mi lóbulo derecho.
Y el cabrón tumor se quedó por tres años
y me hizo llorar cuando manejaba mi Ford,
cuando  daba clases,
cuando pagaba mis remedios.

Yo  le decía al tumor
que se largue de una vez,
y el tumor quería estar conmigo,
quería amarme con su amor ojete,
con su mirada ojete,
con su vida ojete.

Un día me lo encontré distraído
y  le pateé la cara.
Lo mandé a chingar a su madre.


Los amores tóxicos no van conmigo.