Nada de otro mundo.

Vine a México
porque me dijeron que hay buenos poetas:
poetas dulces
poetas amables
poetas chidos.
Que no eran como los de Argentina
que se tienen envidia hasta por la cama.
Que no eran como los de Bolivia
que se lo toman todo personal.
Que no eran como los de Chile
que se quieren matar entre ellos.
Vine a México
porque me dijeron que hay buenos poetas.
En efecto son buenos:
buenos para  tirar mierda
buenos para envidiar
buenos para hacer chisme.

Nada nuevo.
Nada de otro mundo.