*
Al salir de misa me patearon la cara
el muslo y el
estómago.
No hubo Dios para mí,
pero sí un cuaderno.
Escribí una historia
tan siniestra
que no me atreví a
leerla.
Pronto supe que para
morir en armonía
era pasando horas en
vela
dándole la mano
a la pluma
y hacer que corra la
misma sangre.
*
Mi tarea no consiste en
escribir,
consiste en adueñarme de la realidad.
Yo muevo los objetos
de la cocina
y sé cómo hallarlos
y para qué sirven.
Sé que esos objetos
probablemente irían
al baño conmigo
y tendrían sexo si
así lo quisiera.
puesto que
cuando un cuerpo cae
puede existir el poema.
*
Magdalena, la
historia se cierra
en los labios
en un sábado sin
gloria
con mis gatos en las
piernas
y el timbre del
teléfono
con un número
equivocado.
No concluye el acto,
tampoco la carne.
Puntual es la hora en
que dejo mi cuaderno
para ir a cenar.
http://issuu.com/rominacazon3/docs/la_mujer_de_nazareno_-_romina_caz__