L e n
t a m
e n t e
hay un abandono del nombre,
luego del sexo y más tarde de la procedencia
y es cuando soy muchas personas:
una gitana que busca
adivinar
lo que hará papá cuando se
quede sin mujer
por haberle mentido
o dios para expulsar a ese
hombre de ningún edén
y chillar como sólo las
criaturas lo hacen
cuando conocen el mundo.
Desgarrarme los músculos
y levantar los párpados.
Gritar con ellos:
padre no te quiero en mi
recinto
con las manos sucias,
no te quiero en la mesa
donde habita el pan.
Golpear el apellido,
romper el espejo
y su cara impía.
Ir hacia él desprovista de
fe.
Derramar su sangre en mis
piernas
hacer un río en los azulejos
y olvidar los ruegos
que me hace mamá por
teléfono.